El matón

Saliendo de Huamantla pasamos por la hacienda de Santo Domingo. Minutos antes nos cruzamos con la antigua hacienda de Soltepec, conocida actualmente como La escondida. Pasamos también por varios cementerios en donde aún resplandecía el color del cempoalxóchitl. Nos conduce por estos territorios un personaje llamado Efe. De él se cuenta que es una persona de confianza y que es muy respetado en todos estos pueblos. El miramiento que le tienen se debe a que goza de una fama de matón, esto quiere decir que es osado, muy bueno con las armas y que se beneficia de un temperamento que hace que no le tenga temor a los tiroteos. Es un hombre de estatura media, moreno, que viste con un elegante sombrero y con el atuendo típico de un ranchero: botas puntiagudas, camisa a cuadros, un pantalón sujetado con un cinturón que ostenta una gran hebilla. Efe es un hombre que camina erguido, cosa que lo distingue inmediatamente, pues la mayoría de los trabajadores de las haciendas caminan encorvados, mirando al suelo. Efe habla recio y mira de frente. En el trayecto, y con toda naturalidad, comienza a platicarnos algunas de sus aventuras. Dice que desde los quince años entró a trabajar en una hacienda y que era el responsable de cuidar al patrón. Desde entonces usa pistola. Habló con maestría de diferentes tipos de armas. Se refería a ellas con la misma emoción con la que otros hombres hablan de mujeres hermosas. Una de esas armas es de marca Start. Y sentenció una escueta expresión: que tener una pistola Start o estar sin pistola es lo mismo, pues dice que es una calibre 22 muy pequeñita y que apenas si hace cosquillas. Es así, la primera impresión que me provocó este hombre cuya profesión el mismo define como la de matón, es de que estoy frente a una buena persona, alguien en quien se puede confiar.